La Operación Bikini se salda con varios hospitalizados

circozuelos

Un año más nuestra fijación por llegar al verano con un cuerpo que provoque envidia y no pitorreo le ha costado cara a más de uno. Según los servicios de salud locales un total de 37 personas han pasado por el hospital en el último mes como consecuencia de un exceso de celo en su puesta a punto de cara al verano.

El mayor número de visitas a urgencias corresponde a insolaciones y quemaduras de primer grado por ponerse a tomar el sol en el patio o la parcela sin conocimiento. Aquí en el pueblo nunca hemos sido mucho de ponernos crema, sobre todo los tíos, y luego pasa lo que pasa. Después de tres vinos con la paella dominguera te das un chapuzón en la piscina (los menos afortunados nos conformamos con un manguerazo) y para secarte te tumbas al solecito y te pegas una siestaca que cuando te levantas pareces Patricio, el colega de Bob Esponja.

También ha habido entre los hospitalizados casos de gastroenteritis agudas y cólicos. Y un caso de atrancamiento intestinal. Todos ellos causados por los desórdenes alimentarios en los que suelen acabar las tropecientas dietas prodigiosas a las que acudimos en estas fechas. Pretendemos eliminar en pocos días el tejido adiposo que llevamos criando meses y para conseguirlo nos matamos de hambre. Un día. Dos a lo sumo. Luego petamos y asaltamos la nevera a sangre y fuego. Y lo mismo te da boquerón en vinagre que tranchete que patata frita que Danonino que caracoles. Todo para dentro. Sin dejar rehenes. Y con ese fin de fiesta a tus días en ayunas tienes muchas papeletas para acabar cagándote por las patas abajo amigo. O algo peor. El caso de atrancamiento intestinal fue provocado también por un ataque de hambre feroz sufrido por un vecino de Postas la semana pasada. Después de dos días comiendo avena al tipo se le cruzaron los cables y a las dos de la mañana se levantó de la cama y se dirigió hacia la cocina sin mirar atrás. Allí le esperaban las dos gallinas en pepitoria que habían preparado su mujer y él para la comida familiar del domingo. Las gallinas apenas tuvieron tiempo de verlo venir. El tipo se apretó las dos gallinas tajada a tajada sin sentarse ni nada, de pie derecho en la cocina. Y también mojó más de media barra de pan duro en la pepitoria. Una vez saciada su hambre el hombre se limpió las boceras y se volvió a la cama tan ufano. A las siete de la mañana una ambulancia se lo tuvo que llevar a Valdemoro entre terribles espasmos y lamentos, con el vientre abultado cual parturienta y su mujer poniéndolo de tonto y de gordo.

La víctima más grave de la Operacion Bikini ha sido un vecino de la calle de Las Estrellas al que le dio un jamacuco que casi se queda en el sitio cuando corría camino de Buzanca huyendo de la lorza. Según parece el tipo cumple 40 años dentro de un mes y pretendía irse a celebrarlo a Ibiza. Sus carreras por el campo eran su último y desesperado intento de llegar a la isla luciendo palmito y no escondido debajo de un burka.

Ojalá nos equivoquemos pero nos da en la nariz que si de algo nos vamos a arrepentir en nuestro lecho de muerte es de todas esas gilipolleces que hicimos por agradar a los demás en vez de pensar en lo que realmente queríamos hacer nosotros.

Tío Willis